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Historia

Historia

Un poco de Historia

En el Algarve sus vacaciones ganan una dimensión histórica. Por toda la región aún es posible descubrir encantos y secretos de la historia de Portugal, que el tiempo no borra. Las vacaciones pasadas en el Algarve también sirven de pretexto para un viaje en el tiempo, al encuentro de numerosos testimonios de pueblos y culturas que a lo largo de la historia se cruzaron con la región.

Desde la presencia romana hasta la larga herencia musulmana, de la reconquista cristiana a la epopeya de los descubrimientos portugueses, no faltan motivos para redescubrir señales de un pasado histórico determinante.

Las marcas de la presencia humana en el Algarve se remontan a tiempos inmemoriales. Son ejemplo de ello los milenarios vestigios neolíticos y las más recientes, pero no menos interesantes, estaciones arqueológicas romanas, abiertas al público. La visita al pasado de la región y a su valiosa historia también se hace recorriendo los diversos museos arqueológicos, que encierran un amplio patrimonio aún por descubrir.

Heredera de antiguas civilizaciones, la región algarvía fue igualmente lugar de paso de otros pueblos, en una conexión casi siempre facilitada por el inmenso mar que baña sus costas.

Los más de cinco siglos de influencia árabe marcaron para siempre el destino de la región, empezando por el propio nombre: Al-Gharb, El Occidente. Esta presencia, que se prolongó del s. VIII al s. XIII, aún hoy se encuentra muy patente en los nombres de las poblaciones, en la agricultura, en la arquitectura de los monumentos, en los enrejados de los balcones y chimeneas o en el blanco de la cal que insistentemente cubre los caseríos de muchas localidades algarvías. Silves asume entonces la centralidad de la región, fruto de una estratégica ubicación geográfica.

A mediados del s. XIII, las tierras algarvías son las últimas de Portugal en ser conquistadas al dominio musulmán. Después de largos avances y retrocesos, la reconquista cristiana cuenta con la importante colaboración de los Caballeros de la Orden de Santiago, liderados por D. Paio Peres Correia, para poner fin, en el reinado de D. Afonso III, a la presencia árabe en el Algarve y unir la región al reino de Portugal.

Además de Silves, Tavira y Faro, actual capital del Algarve, son definitivamente tomadas a los moros. Se fundaba así el Reino de Portugal y de los Algarves.