Subir hasta Monchique es descubrir, casi en cada curva, una panorámica de mar y de sierra. Pero para apreciar toda la belleza de los horizontes se debe ir hasta Fóia que, con sus 902 metros, es el punto más alto del Algarve. Ahí, la vista se extiende por un lado hasta el Cabo de San Vicente (y más hacia el norte hasta la Sierra de la Arrábida, cerca de Lisboa), y por el otro, hasta Faro y todo un vasto semicírculo de Serranías. Los 774 metros de Picota, más escarpada, ofrecen también, amplios y quizás más bellos escenarios, que acogen una vasta extensión del Algarve y del mar.