Se trata de una fortaleza erigida en el siglo XVI para proteger la costa de los frecuentes ataques de los piratas árabes. Se edificó en el lugar donde se encontraba un convento medieval que, según cuenta la leyenda, había custodiado los restos mortales de S. Vicente.
Se trata de una construcción militar de planta poligonal con un portón de entrada coronado por el escudo real y donde se localizaba un puente levadizo.
En el interior de la fortaleza se encuentra el Farol de São Vicente (Faro de San Vicente), construido en 1904 y que actualmente sigue en funcionamiento.