Navegar en vela por la costa del Algarve es una experiencia preciosa, gratificante y relajante. Con amigos, en familia, en alta competición, para mantenerse en forma o para aprender el deporte, el Algarve es cada vez más famoso en este deporte náutico y es palco de varios eventos internacionales.
El arte de dominar vientos, mareas, paños y cuerdas no es nuevo para los portugueses. Lo llevan en la sangre. Y está contagiando cada vez más navegadores de todo el mundo. Profesionales o aficionados, propietarios, invitados o tripulantes, encuentran aquí el Cabo de San Vicente, el punto más septentrional occidental de Portugal continental. Diferentes eventos internacionales de este deporte se disputan en aguas del Algarve como, por ejemplo, el Torneo Internacional de Vela, que se celebra anualmente en febrero en Vilamoura.
Albufeira, Lagos, Portimão, Vilamoura, Olhão y Guadiana (Vila Real de Santo António), Faro y Tavira son, todos ellos, lugares de amarre en puertos deportivos equipados con las más diversas condiciones. En todos ellos, existen escuelas y clubes de vela, empresas de alquiler de embarcaciones y otras estructuras de apoyo.
Pasar de las aguas del Algarve a las aguas de España o Marruecos, o revivir las antiguas navegaciones en veleros que marcaron otras épocas, son alternativas que el Algarve propone para enriquecer la experiencia de recorrer la región a vela, al sabor del viento y de las olas. Las velas dibujan los mares del Algarve, desde sencillas embarcaciones de ocio hasta los sofisticados veleros de alta competición.
La libertad de la vela y las condiciones naturales de la región permiten lanzar el ancla y bucear en las cálidas y transparentes aguas, ver la puesta de sol junto a los acantilados o simplemente relajarse, entrar en las lagunas o salir a alta mar. En tierra, ya sea durante una corta o larga estancia, el Algarve tiene para ofrecerle todo lo que hace de él uno de los destinos más deseados de Europa durante todo el año.