Las suaves temperaturas y el sol radiante que ilumina el Algarve durante todo el año nos permiten hacer frente a los rigores de una verdadera prueba de montaña.
No debemos perder de vista la dificultad de esta ruta. El primer tramo es homogéneo hasta Silves, cuyo castillo es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar islámica en la región.
A partir de este punto se multiplican las subidas prolongadas y exigentes a lo largo de la carretera que lleva a Sapeira, en donde nos desviaremos hacia Alferce, con el embalse de Odelouca en el horizonte.
El bosque de Monchique nos permite recuperar fuerzas durante los 15 kilómetros del descenso de Fóia que nos acerca a la exigente y espectacular subida hasta Marmelete. A partir de Casais, disfrutamos tranquilamente de la parte final de la ruta, que incluye las escaladas de Picota y de Pomba.
Distancia – 160 kilómetros
Desnivel total – 4.500 metros