Venga a descubrir la naturaleza en su estado más puro. El Algarve le reserva sorpresas y encantos únicos en áreas protegidas de interés ecológico en las que es posible observar verdaderos tesoros de la fauna y la flora, muchos de ellos en vías de extinción. Las aves migratorias que sobrevuelas estas zonas mágicas brindan un singular espectáculo para los aficionados al birdwatching.
El Parque Natural de Ría Formosa es una de las siete maravillas naturales de Portugal, y un lugar emblemático del Algarve. Aquí encontrará especies raras de plantas y animales conservadas en su ambiente natural. Descubra las excepcionales lagunas que se extienden a lo largo de los municipios de Loulé, Faro, Olhão, Tavira y Vila Real de Santo António.
La abundante vegetación, las nutrias, las tortugas, los flamencos, las cigüeñas, las garzas y los raros calamones son solo algunos de los habitantes que encontrará en los parques naturales Algarve.
Enamórese del Parque Natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina, un santuario natural con una franja costera recortada con abruptos acantilados, playas y dunas únicas en el mundo. De las 76.000 hectáreas de este parque natural, casi 80 kilómetros se encuentran en el Algarve, entre la playa de Odeceixe y el pueblo pesquero de Burgau. Las aves son la gran atracción de este paraíso en donde la fauna y la flora resultan sorprendentes. Embárquese en un viaje por la Ruta Vicentina y camine por el corazón de este parque natural.
La Reserva Natural del Pantano de Castro Marim y Vila Real de Santo António, junto a la desembocadura del Guadiana, sirve de abrigo durante todo el año a 153 especies diferentes. Sus más de 400 tipos de plantas lo convierten en un paraíso botánico único. Sorpréndase al caminar por el Monte Nacional de Vila Real de Santo António y sus magníficos ejemplares de camaleones.
Fonte da Benémola, atravesada por el arroyo de Fonte Menalva, es un magnífico lugar para descansar y descubrir los encantos geológicos rodeados de una fauna y una flora sorprendentes. Aquí podrá encontrar viejas norias y acequias antaño utilizadas para regar los fértiles campos a ambas orillas de la rivera.
Rocha da Pena, llena de escarpas calizas y hermosísimas peonías, cuenta con una enorme riqueza natural que merece ser explorada con tranquilidad. Visite los restos de unas murallas que se cree que datan de la Edad de Hierro, lo que vendría a demostrar que ya desde tiempos remotos esta zona es un lugar privilegiado para vivir.
Concédase tiempo para conocer y apreciar estos paraísos naturales. Nada como una caminata tranquila para descubrir todos los recorridos y rutas clasificadas de las áreas protegidas del Algarve.