El pueblo de Altura, esencialmente turístico, acompaña a la extensa playa arenosa y su ancho cordón dunar con pasarelas elevadas que permiten acceder a diferentes puntos del arenal y observar la variada vegetación dunar desde el interior hasta el mar (sobre todo, en la pasarela oeste).
En el interior de la duna, la vegetación eleva su porte y surgen los típicos arbustos de retama monosperma, que proporcionan algo de sombra y descanso visual al ambiente cálido y luminoso del verano. Junto al mar, en donde la duna se eleva, abundan el barrón, el cardo marino, la algodonosa y el vistoso nardo marítimo. El arenal es inmenso y se llega a perder de vista, y el mar es tranquilo y cálido.
En el arenal existen varias instalaciones de recreo, desde una zona deportiva a accesorios de playa. Mirando hacia el este, la mancha verde que rodea el arenal se vuelve más densa, y se divisa el pueblo de Monte Gordo entre los pinos.