Esta playa se encuentra al este de la ría, y disfruta además de la proximidad del pueblo de Alvor y del paisaje abierto sobre la bahía y el amplio sistema dunar, aunque cada vez más rodeada por las urbanizaciones turísticas de la región. En la primera línea de la costa, se observan todavía las muy especializadas plantas de la arena, sobre todo grama marina, loto y nardo marítimo.
En el extremo este de la bahía se inician los acantilados carbonatados muy esculpidos, característicos del Barlovento Algarvío, y se pueden ver algunos peñascos mar adentro, además de la imponente formación rocosa que configura la Ponta João de Arens. La marea baja permite pasear por las pequeñas ensenadas del este, y deja a la vista el recorte de la playa diseñado por los acantilados, que exhiben intrincados encajes, pequeñas grutas y bloques en precario equilibrio, por lo que se recomienda precaución en las proximidades de las formaciones rocosas.