Se trata de un arenal estrecho que se encuentra justo al este de Porto de Mós, encajado entre acantilados, aislado y tranquilo. El nombre de la playa deriva del denso cañaveral que se extiende en torno a una línea de agua torrencial que corre en cascada por el acantilado en época de lluvias. A la playa se llega a través de un camino que transcurre sobre el acantilado, y en el cual la rica vegetación del berrocal algarvío ocupa poco a poco antiguos huertos de higueras. El sinuoso y estrecho camino al arenal desciende por escalones tallados en el propio acantilado, en el que dominan intensos tonos ocres y rojos. Las paredes rocosas carbonatadas están muy esculpidas y presentan fisuras debido al paso del agua de la lluvia. En las pequeñas cavidades que se forman crecen plantas típicas de estos ambientes agrestes como la uva de pájaro, el asterisco, el aliso marítimo y la alcolecha. La transparencia del agua revela curiosas formaciones rocosas sumergidas.