Esta playa nace en una bonita ensenada en forma de concha, resguardada del frío viento y las olas del norte, junto a un núcleo pesquero.
El arenal es extenso —más de 700 metros—, pero estrecho, y se encuentra bordeado de imponentes acantilados negros tallados en pizarra. Mirando hacia el sur, sobresale en el paisaje una roca oscura y estrecha que emerge del mar. Se trata de Pedra da Agulha, todo un icono de la costa vicentina.
Se dan buenas condiciones para la práctica del buceo en el extremo norte de la playa, junto al puerto pesquero, siendo también una de las playas elegidas para la práctica del surf y del bodyboard. La vista panorámica de la Fortaleza da Arrifana (actualmente en ruinas), sobre el acantilado norte, es deslumbrante.
En la Ponta da Atalaia, famosa por sus percebes, existen vestigios de un Ribat musulmán, un convento-fortaleza de gran valor arqueológico.